Protección de cultivos en el huerto integrado
En el huerto de cultivo integrado utilizaremos todo lo que ponemos en práctica en cuanto a medidas preventivas y de control para el huerto ecológico, pero utilizaremos productos químicos de síntesis cuando, tras observar alguna afección, consideremos que pone en peligro la producción. Primero, para conseguir que no afecte a otras plantas y, segundo, para detener y eliminar el problema.
Los productos fitosanitarios también tienen sus limitaciones. Hay que tener en cuenta que también hay enemigos naturales de las plantas contra los que no podemos actuar, a veces porque no existen productos eficaces contra ellos, y otras porque económicamente no vale la pena. Por lo tanto, si un cultivo se ve en esta situación, la solución es arrancar ese cultivo y evitar que se propague a las otras plantas. Es el caso, por ejemplo, de las plantas afectadas por ciertos virus.
En los productos fitosanitarios debemos aprender a reconocer el etiquetado de los productos:
- Plazo de seguridad. Es el periodo de tiempo entre la aplicación y la cosecha en el que no debemos recolectar el producto para su consumo.
- Nombre comercial y materia activa. El nombre comercial de un producto corresponde a su identificación dentro de la oferta de una empresa de fitosanitarios y la materia activa es la composición de ese producto. Por lo tanto, una misma materia activa puede tener dos nombres comerciales diferentes.
- Dosis de aplicación. Es el porcentaje al que debemos mezclar con agua el producto para aplicarlo sobre el cultivo.
- Posibilidad de poder mezclar o no el producto con otros fitosanitarios para completar su radio de acción.
La forma de actuación de los productos también nos ayuda a decidir cuál usar. Los hay que actúan por ingestión, otros por contacto y los hay sistémicos. Éstos últimos se caracterizan por ser absorbidos por las plantas y actúan protegiéndola desde dentro, ya sea atacando a un hongo invasor o introduciendo la materia activa nociva para una plaga cuando se alimenta de la planta. Son más efectivos, ya que su distribución es más uniforme, pero a la vez más persistentes y no se pueden eliminar con un lavado como ocurre con los otros. Esto es más limitante desde el punto de vista del consumo humano, ya que deberemos agotar el plazo de seguridad para poder consumir los cultivos, pero también nos permite estar tranquilos en caso de lluvias ya que no lavará el producto y continuará haciendo su efecto positivo sobre la planta.
Es importante no hacer un uso continuado de un mismo producto contra una misma afección. La mejor manera es buscar dos materias activas diferentes y alternarlas para no generar resistencias a las plagas o patógenos.
El momento de realizar las aplicaciones fitosanitarias también es importante. En general, hay que evitar las horas en que la temperatura sobrepase los 30 ºC y no realizar aplicaciones después de una lluvia con agua sobre las hojas o en horas en que el rocío aún está sobre ellas. También es importante no realizar aplicaciones con viento ya que la deriva le restaría eficacia.