Cómo modificar el clima en nuestro un huerto
Lo primero que se nos ocurre para proteger nuestras plantas ante las inclemencias del tiempo es cubrirlas. Como somos conscientes de su necesidad de luz intentamos que la cubierta sea más o menos transparente. Con una cubierta conseguimos que durante el día los rayos infrarrojos de la radiación solar calienten nuestros cultivos y por la noche esa misma cubierta hace que no salga la energía calórica emitida por el suelo. Este efecto lo conocemos como efecto invernadero y cuando lo generamos estamos modificando el clima de nuestro huerto.
Existen diversas formas de modificar la climatología para generar beneficios en nuestras plantas.
INVERNADEROS
Un invernadero es una cobertura que protege las plantas de las bajas temperaturas. Se trata de una estructura metálica o de madera recubierta de plástico (las más usuales, ya que pesa menos, es más barato y la estructura es menos exigente) o de vidrio. La estructura puede ser en forma de cajón donde la parte superior sea una ventana que se pueda abrir y cerrar, conocida como cajonera; un túnel de arcos recubiertos de plástico y un invernadero de paredes verticales y techo semicircular o a dos aguas de estructura más o menos compleja. Con una cubierta de este tipo conseguiremos adelantar o atrasar las producciones que sean limitantes en cuanto a temperaturas mínimas, como por ejemplo el tomate. También dan protección a nuestras plantas frente a inclemencias como el granizo y una mayor precocidad en las producciones, ya que al descubierto disfrutarían de menos horas de temperatura óptima.
TÚNELES DE SEMIFORZADO
Con una estructura muy simple en forma de túnel sobre cada línea de plantas formada por hierro, caña o tubería de plástico y cubierta con plástico o mallas térmicas conseguimos adelantar el crecimiento de las plantas y protegerlas en aquellas épocas que son más susceptibles de ser afectadas por bajas temperaturas, retirando posteriormente el túnel y dejando el cultivo al descubierto el resto del proceso productivo.
ACOLCHADO
El acolchamiento del suelo consiste en cubrir, total o parcialmente, el suelo de cultivo con una lámina de plástico opaca o con una capa de material orgánico, como por ejemplo la paja. Con este sistema se consigue un efecto invernadero más localizado en la zona radicular que permite un mayor desarrollo de la planta y a la vez evita la aparición de malas hierbas. Además, se aprovecha más el agua del suelo porque no se evapora tanto. En el acolchamiento del suelo es aconsejable la instalación de un riego localizado por goteo por debajo del acolchado para que el acceso al agua de las plantas no se vea limitado.
La plantación en surcos nos permite una mayor superficie de contacto del suelo con la radiación solar, algo parecido a la inclinación de las placas que vemos normalmente en las instalaciones de placas solares.
Si formamos un alomamiento alargado del terreno y plantamos en la parte superior de la loma, conseguiremos, en aquellos terrenos planos y con tendencia a inundarse, un volumen de suelo que, por elevación, permitirá que la planta tenga un grueso de raíces fuera del nivel del agua, cosa que hará que la planta sobreviva a los periodos de frío. Es una plantación elevada en surco.
La combinación de estas técnicas es posible y nos permite, por ejemplo, tener una plantación elevada en surco y acolchada bajo un túnel que hace posible sumar todos y cada uno de los aportes positivos de estos métodos.