El continente
El continente en cultivo hidropónico es aquello con capacidad para albergar al contenido (el sustrato). Puede ser casi cualquier cosa, desde una cáscara de huevo a una bañera vieja, los hay más o menos estéticos pero en nuestro caso nos vamos a ocupar de aquellos que nos resultan más funcionales.
Macetas
El continente más tradicional no puede ser otro que las clásicas macetas. En el mercado podemos encontrarlas de muy diversos materiales y formas. Pueden ser cilíndricas, acampanadas, cuadradas o las rectangulares jardineras. En general, todos los formatos son válidos para el cultivo, aunque hay que tener en cuenta unas premisas antes de adquirirlas.
1.- Mientras más grande mejor. La capacidad de la maceta nos dictaminará la cantidad de agua y nutrientes que va a tener a su disposición la planta. Mientras más substrato quepa en la maceta, más cantidad de agua podrá retener y, por tanto, menos frecuentemente tendremos que regar. En cualquier caso, hay que llegar a un compromiso entre el volumen de la maceta y el espacio disponible.
2.- El peso de la maceta. En general, las macetas de materiales plásticos pesan menos que las de barro o cemento. Si tenemos intención de moverlas para limpiar la terraza, por ejemplo, es una cuestión a tener en cuenta.
Mesas de cultivo
La mesa de cultivo no deja de ser una maceta grande con patas. Son muy prácticas y están disponibles en tantas medidas que difícilmente no encontraremos una que se adapte a nuestras necesidades, incluso de colores muy divertidos y bajitas para niños. Ideales para balcones y terrazas, permiten un acceso fácil a la horticultura ya que ponen el área de cultivo a una altura ideal para el trabajo. Valoramos sus características en cuanto a capacidad y peso de forma similar a las macetas.
Sacos de cultivo
Los sacos de cultivo consisten en bolsas de plástico rellenas de substrato y listas para usar como base de cultivo. Su aspecto es similar a una almohada alargada y permiten cultivar cualquier planta en cualquier superficie con poco coste. Para iniciar la plantación hay que practicar orificios en la parte superior donde plantaremos y unos cortes en la inferior para permitir el drenaje del agua. Como inconveniente principal está el hecho de que tienen un uso limitado en el tiempo (dos o tres años) y que por su poca cantidad de substrato nos obliga a riegos abonados muy frecuentes si queremos obtener buenas producciones.
Huertos verticales
Actualmente existen materiales que nos permiten aprovechar una pared y convertirla en un huerto, son los llamados huertos verticales. Consisten en recipientes que se apoyan o se cuelgan directamente en la pared y permiten el cultivo en ellos. Más allá del componente estético y decorativo, son útiles cuando disponemos de muy poco espacio y lo queremos aprovechar al máximo.