Cuánto regar el huerto
Una vez hemos decidido la frecuencia de riego queda por saber qué cantidad de agua debemos utilizar. Esta pregunta dependerá en gran medida del tipo de suelo o substrato que tengamos y del sistema de riego que utilicemos.
En los riegos por inundación, donde buscamos que el suelo absorba la máxima cantidad de agua posible, regaremos hasta que el surco llegue a su borde y dejaremos después que el agua se vaya filtrando.
En el caso de los riegos localizados, la duración dependerá del caudal y la presión a la que trabajen los goteros. Para mangueras de goteo se considera un buen riego cuando un bulbo de riego se ha solapado con el siguiente y se ha conseguido una línea húmeda sin intervalos de tierra seca.
En riegos hidropónicos, la duración del riego no debería superar el punto en que el agua empieza a salir por los agujeros de drenaje de las macetas, los sacos o las mesas de cultivo.
Si optamos por la aspersión deberemos comprobar que la infiltración de agua haya llevado la humedad hasta los primeros 15 cm de suelo, como mínimo.
Todos estos casos prácticos deberán unirse a la experiencia propia, y no se debe olvidar que la frecuencia y el volumen de agua de riego están relacionados entre sí de forma directa. A menos cantidad de agua, mayor frecuencia de riego. Si hemos de escoger entre las dos, es mejor aumentar la frecuencia, para evitar que las plantas pasen de un punto próximo al estrés hídrico a la inundación en un corto periodo de tiempo. Mientras más tiempo esté la planta en un estado con agua fácilmente asequible, mejor rendimiento obtendremos de ella.